Les presento a ELIZA

Joseph Weizenbaum

Estoy seguro que muchos de nosotros hemos escuchado alguna vez "inteligencia artificial", "computadoras inteligentes" o "pensamiento de las máquinas". Son muchas posturas que hablan sobre el "posible" futuro de la tecnología, pero que finalmente son ideas un poco 'jaladas de los pelos'. Un ingeniero de sistemas podría rebatir rápidamente estas ideas ya que conoce bien que las "computadoras inteligentes" lo son por una serie de algoritmos ordenados y programados. 

"...esa capacidad de entender, compadecerse y ponerse en los pies del otro, es algo que una máquina no podrá hacer". 

En la década de 1960 se gestó lo que hoy daría pie a la Inteligencia Artificial (o AI por las siglas en inglés). Joseph Weizenbaum, ingeniero informático, creó un programa llamado ELIZA el cual al ingresar una frase o pregunta, identificaba rápidamente la estructura de la oración y realizaba una respuesta automática. Este programa llegó a tener tanta acogida que psiquiatras y científicos sugirieron que se use para tratar a enfermos y perturbados.

Se cita como experiencia que la secretaria de Weizenbaum "rogó al profesor que abandonara la sala - en la que ella se encontraba - porque estaba avergonzada de la intimidad que estaba alcanzando con la 'conversación' ". Él más tarde acotaría a este hecho: "En lo que yo no había caído es en que incluso una exposición muy breve a un programa informático relativamente simple podía inducir un poderoso pensamiento delirante en personas perfectamente normales". (¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes?)

Película: El hombre del bicentenario

Es cuestionante darnos cuenta cómo desde hace más de 50 años se pensaba ya delegar funciones fundamentales a sistemas y programas que no llegarían nunca a tener sabiduría y reflexión sobre lo que hacen. Uno podría dictarle al programa una serie de datos que ordenará bastante más rápido que una persona, pero esa capacidad de entender, compadecerse y ponerse en los pies del otro, es algo que una máquina no podrá hacer - a no ser que alguien quiera creer que sí - porque es una capacidad propia de la persona.

Me atrevo a suponer que estos programas no se usan actualmente pero, cuánto espacio le dejamos a los programas y sistemas para que sean mediadores de mis relaciones interpersonales. Un ":D", "jajaja" o "tqm" no podrán reemplazar nunca a una risa o carcajada frente a la persona que estimas, ni tampoco la sinceridad de decir frente a alguien que lo quieres mucho.